Para pesar una estrella situada a miles de millones de kilómetros no sirven balanzas ni básculas. Pero el astrofísico David Kipping, de la Universidad de Harvard, ha descubierto que es posible calcular el peso exacto de un astro usando una luna.
Si la estrella tiene un planeta, y éste a su vez tiene un satélite, y ambos cruzan por delante de la estrella, se puede saber mucho de la estrella, incluyendo cuánto pesa. El proceso no es sencillo. En primer lugar hay que averiguar cuánto se atenúa la luz del astro durante el tránsito del planeta y la luna. De este modo se obtienen tres medidas: los períodos orbitales de ambos cuerpos: el tamaño relativo de sus órbitas frente a la estrella y el tamaño relativo del planeta y la luna en relación con la estrella. “Usando estos datos en las Leyes de Kepler del Movimiento Planetario podemos calcular directamente la masa de la estrella”, aclara Kipping, que insiste en que el método sólo sirve "si hay una luna de por medio".
Si la estrella tiene un planeta, y éste a su vez tiene un satélite, y ambos cruzan por delante de la estrella, se puede saber mucho de la estrella, incluyendo cuánto pesa. El proceso no es sencillo. En primer lugar hay que averiguar cuánto se atenúa la luz del astro durante el tránsito del planeta y la luna. De este modo se obtienen tres medidas: los períodos orbitales de ambos cuerpos: el tamaño relativo de sus órbitas frente a la estrella y el tamaño relativo del planeta y la luna en relación con la estrella. “Usando estos datos en las Leyes de Kepler del Movimiento Planetario podemos calcular directamente la masa de la estrella”, aclara Kipping, que insiste en que el método sólo sirve "si hay una luna de por medio".
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